Biomoléculas orgánicas o
principios inmediatos
Son
sintetizadas principalmente por los seres vivos y tienen una estructura con
base en carbono. Están constituidas, principalmente, por los elementos químicos
carbono, hidrógeno y oxígeno, y con frecuencia también están presentes
nitrógeno, fósforo y azufre; a veces se incorporan otros elementos pero en
mucha menor proporción.
Las
biomoléculas orgánicas pueden agruparse en cinco grandes tipos:
Glúcidos o Carbohidratos
Los
glúcidos (impropiamente llamados hidratos de carbono o carbohidratos) son la
fuente de energía primaria que utilizan los seres vivos para realizar sus
funciones vitales; la glucosa está al principio de una de las rutas metabólicas
productoras de energía más antigua, la glucólisis, usada en todos los niveles
evolutivos, desde las bacterias a los vertebrados. Muchos organismos,
especialmente los vegetales (algas, plantas) almacenan sus reservas en forma de
almidón en estructuras denominadas amiloplastos, en cambio los animales forman
el glucógeno, entre ellos se diferencia por la cantidad y el número de
ramificaciones de la glucosa. Algunos glúcidos forman importantes estructuras
esqueléticas, como la celulosa, constituyente de la pared celular vegetal, o la
quitina, que forma la cutícula de los artrópodos.
Lípidos
Los
lípidos saponificables cumplen dos funciones primordiales para las células; por
una parte, los fosfolípidos forman el esqueleto de las membranas celulares
(bicapa lipídica); por otra, los triglicéridos son el principal almacén de
energía de los animales. Los lípidos insaponificables, como los isoprenoides y
los esteroides, desempeñan funciones reguladoras (colesterol, hormonas
sexuales, prostaglandinas).
Proteínas
Las
proteínas son las biomoléculas que más diversidad de funciones realizan en los
seres vivos; prácticamente todos los procesos biológicos dependen de su
presencia y/o actividad. Son proteínas casi todas las enzimas, catalizadores de
reacciones metabólicas de las células; muchas hormonas, reguladores de
actividades celulares; la hemoglobina y otras moléculas con funciones de
transporte en la sangre; anticuerpos, encargados de acciones de defensa natural
contra infecciones o agentes extraños; los receptores de las células, a los
cuales se fijan moléculas capaces de desencadenar una respuesta determinada; la
actina y la miosina, responsables finales del acortamiento del músculo durante
el estado de la contracción; el colágeno, integrante de fibras altamente
resistentes en tejidos de sostén de la planta y el tallo.
Ácidos nucleicos
Los
ácidos nucleicos, ADN y ARN, desempeñan, tal vez, la función más importante
para la vida: contener, de manera codificada, las instrucciones necesarias para
el desarrollo y funcionamiento de la célula. El ADN tiene la capacidad de
replicarse, transmitiendo así dichas instrucciones a las células hijas que
heredarán la información.
Algunas,
como ciertos metabolitos (ácido pirúvico, ácido láctico, ácido cítrico,
etcétera.) no encajan en ninguna de las anteriores categorías citadas.
Vitaminas
Las
vitaminas son precursoras de coenzimas, (aunque no son propiamente enzimas)
grupos prostéticos de las enzimas. Esto significa, que la molécula de la
vitamina, con un pequeño cambio en su estructura, pasa a ser la molécula activa,
sea esta coenzima o no.
Los
requisitos mínimos diarios de las vitaminas no son muy altos, se necesitan tan
solo dosis de miligramos o microgramos contenidas en grandes cantidades
(proporcionalmente hablando) de alimentos naturales. Tanto la deficiencia como
el exceso de los niveles vitamínicos corporales pueden producir enfermedades
que van desde leves a graves e incluso muy graves como la pelagra o la demencia
entre otras, e incluso la muerte. Algunas pueden servir como ayuda a las
enzimas que actúan como cofactor, como es el caso de las vitaminas
hidrosolubles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario